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Enseñar y aprender en y para la formación profesional: el desarrollo de competencias genéricas

 

El proyecto toma como antecedente la transformación estructural de las sociedades avanzadas en el contexto de una revolución basada en tecnologías de información/comunicación (TIC), la formación de la económica global y un proceso de cambio cultural (Castells, 2004; Tedesco, 2011). Lo anterior resitúa el interés del estudio de aprendizajes de contenidos escolares específicos por el desarrollo de aprendizajes complejos en todo tipo de contextos, tomando en cuenta distintos trayectos, procesos de identidad e intereses a lo largo y ancho de la vida por parte de los aprendices (Barron, 2006, 2010; Coll, 2013a; Díaz Barriga, & Barrón, 2014). En otras palabras, existe una ecología del aprendizaje (Bronfenbrener, 1987) donde ningún conocimiento es definitivo pues éste se encuentra distribuido (Cole & Engeström, 2001) y situado (Lave & Wenger, 2003) en el sistema de actividad humana (Leontiev, 1984; Engeström, 1987, 1999).

 

En este marco, los retos y perspectivas de la educación formal son: a) la importancia del aprendizaje a lo largo y ancho de la vida; b) la tendencia a la informalización de las oportunidades de aprendizaje; c) la importancia de las trayectorias personales de aprendizaje como vía de acceso al conocimiento; d) la adquisición de competencias genéricas y transversales relacionadas con la capacidad para aprender, así como la emergencia de enfoques curriculares basados en competencias –ECBC- (Coll, 2009, 2010); e) la tendencia creciente a la personalización del aprendizaje (Coll, 2013a); f) la reubicación de la escuela en la red de contextos de aprendizaje por los que transitan los alumnos (Coll, 2013b), y g) el efecto de las TIC en la aparición de nuevos entornos educativos (Bustos y Coll, 2010; Coll, Díaz Barriga & Pereira, 2016).

 

Si bien el docente ha de responder a los retos presentes de su profesión, también lo ha de hacer a las demandas profesionales del futuro, situación que implica establecer modelos formativos de visión prospectiva (Kozulin, 2000). Esta idea se ajusta a una visión que va más allá del trayecto formativo inicial en pro de la adquisición de una serie de competencias para resolver nuevos problemas sociales. Siendo así, la enseñanza en el trayecto formativo del docente deberá lograr:

 

1. Que el profesional sea capaz de adquirir y dominar competencias, tanto genéricas como transversales, que le permitan la gestión autónoma de su aprendizaje a lo largo y ancho de la vida (Coll, 2013b).

 

2. Que el futuro profesional desarrolle competencias para diseñar y gestionar su propio entorno de estudio y trabajo, así como para la síntesis y análisis de la información, desarrollo de productos, aplicación de cuerpos de conocimiento para el desarrollo y el uso de tecnologías para la resolución de problemas. Éstas son acciones fundamentales para hacer frente a problemas y situaciones profesionales que aún no existen o de las que no se conoce la solución idónea (Buchem, Atwell, &Torres, 2011).

 

Las competencias genéricas son la base para abordar cualquier exigencia del ejercicio de la práctica profesional. Hablamos de un profesional autónomo que tome decisiones profesionales sobre su propio aprendizaje produciendo condiciones para aprender en todo momento. En específico, proponemos el siguiente enfoque sobre las competencias genéricas:

 

Se concibe a una competencia como prescripción abierta, es decir, como la posibilidad de movilizar e integrar diversos saberes, valores y recursos cognitivos cuando se enfrenta una situación-problema inédita, para lo cual la persona requiere mostrar la capacidad de resolver problemas complejos y abiertos, en distintos escenarios y momentos. En este caso, se requiere que la persona, al enfrentar la situación y en el lugar mismo, reconstruyan el conocimiento, invente algo, proponga una solución o tome decisiones. Requiere responder de manera lo más pertinente posible a los requerimientos de la situación o problema que se afronta, e implica el ejercicio conveniente de un rol o una función dada. Implica además una acción responsable y autorregulada, es decir, consciente, realizada con todo conocimiento de causa, por lo que involucra un saber ser (Denyer, Furnémont, Poulain y Vanloubbeeck, 2007).  Es decir, una competencia estará vinculada a la acción que se lleva a cabo en un contexto determinado integrando diversos elementos (saberes, procedimientos, actitudes) favoreciendo la resolución de situaciones profesionales y sociales (Villardón-Gallego, 2015).

 

Por su parte, las competencias genéricas serán las adquisiciones propias de la educación superior. En nuestro caso, y aclarando que hay más, establecemos las siguientes: competencia para aprender; competencia emprendedora; competencia para el diseño de entornos personales para aprender mediados por TIC.

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